Turquia

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Derechos no garantizados

Sin cambios desde el año pasado

Región:Europa

Turquía es uno de los 10 peores países del mundo para la gente trabajadora.

  • Represión de huelgas

  • Detención de sindicalistas.

  • Sistemáticos ataques antisindicales

En 2022, los derechos y las libertades de la gente trabajadora siguieron estando continuamente denegados, produciéndose numerosas cargas policiales contra las protestas. Líderes sindicales fueron detenidos de forma arbitraria y sus domicilios allanados. El Primero de Mayo de 2021, 212 manifestantes fueron detenidos en Estambul por intentar organizar una protesta, desafiando las estrictas normas de confinamiento impuestas por el Gobierno a causa del coronavirus.

Los empleadores continuaron, por su parte, con una sistemática política antisindical, despidiendo metódicamente a aquellos trabajadores y trabajadoras que intentasen organizarse.

Violaciones de los derechos de los trabajadores

Prácticas antisindicales

En junio de 2021, 54 trabajadores de la fábrica ASD Laminat Factory de Düzce (Turquía) fueron despedidos como consecuencia de su afiliación al Sindicato Turco de Trabajadores de la Industria de la Madera y el Papel (AGAC-IS). La empresa se negó a reconocer al sindicato y recurrió a maniobras antisindicales, como despedir de manera arbitraria a sindicalistas y presionar a otros trabajadores para que renunciaran a su afiliación sindical. Tras una batalla legal de cuatro años, un tribunal local falló a favor de la reincorporación de los trabajadores a principios de este año. Sin embargo, la empresa siguió desacatando la decisión del tribunal e intensificó sus prácticas antisindicales. El 30 de junio, tan pronto como se levantó la “prohibición del despido” impuesta durante la pandemia, la fábrica empezó a despedir a trabajadores. A fecha de 14 de julio de 2021 había despedido a otros 19 trabajadores.

Violentos ataques contra trabajadores y trabajadoras

A principios de enero de 2022, los trabajadores de la fábrica de automóviles de Farplas, en la provincia de Kocaeli (Turquía), exigieron un aumento salarial. Al considerar insuficiente la oferta salarial presentada el 19 de enero, los trabajadores y trabajadoras detuvieron su trabajo en la fábrica en señal de protesta, a lo que el empleador accedió a entablar negociaciones con el Sindicato de Trabajadores del Metal Unidos, prometiendo no despedir a nadie en este proceso. La producción se reanudó al día siguiente, pero el empleador despidió sumariamente a cerca de 150 trabajadores, tanto miembros como no miembros del sindicato, aludiendo como justificación a la huelga de un día. A modo de protesta, los trabajadores despedidos de Farplas decidieron hacer una huelga en el interior de la fábrica. La policía irrumpió en la fábrica de Farplas, dispersando a los trabajadores con gas pimienta. Dos personas se desmayaron durante la intervención, y un trabajador acabó con una pierna rota.

Derecho a la libertad de expresión y reunión

El Primero de Mayo de 2021, 212 manifestantes fueron detenidos en Estambul (Turquía) por intentar celebrar una protesta desafiando las estrictas normas de confinamiento para frenar el coronavirus establecidas por el Gobierno. En vísperas de la histórica jornada, la policía cerró todas las vías de acceso a la plaza de Taksim, lugar donde 34 personas fueron asesinadas durante una protesta relacionada con el Primero de Mayo en 1977. Por motivos de seguridad, las manifestaciones del Primero de Mayo están prohibidas en la plaza Taksim desde hace varios años.

Prácticas antisindicales

Cuando los trabajadores y trabajadoras del fabricante de smartphones Salcomp en Estambul, Turquía, ejercieron su derecho fundamental a afiliarse a un sindicato, fueron objeto de intimidaciones, amenazas y despidos. Las condiciones de trabajo en la planta eran insoportables. Durante la pandemia se impusieron horas extraordinarias sin el consentimiento de los trabajadores y además solo se las pagaban parcialmente. Los descansos solo podían hacerse a discreción de los directores, y, como no había cantina, los trabajadores tuvieron que estar comiendo durante un tiempo en el interior de unos contenedores. Muchos trabajadores enfermaron de COVID-19.

Los trabajadores y trabajadoras decidieron afiliarse al Turkish Metalworkers’ Union (Türk Metal) en agosto de 2021, en respuesta a lo cual la dirección puso en marcha una campaña de represión sindical. Los trabajadores fueron intimidados y amenazados, y 170 miembros del sindicato fueron despedidos. Alrededor del 80% de los trabajadores despedidos eran mujeres. Tras seis días de protesta, los trabajadores consiguieron que Salcomp revocara su decisión y reincorporara a todos los miembros del sindicato despedidos.

Salcomp fabrica smartphones para la multinacional china Xiaomi, el segundo mayor fabricante de smartphones del mundo. En la planta de Estambul hay aproximadamente 800 trabajadores y trabajadoras, y se ha previsto aumentar la plantilla a 2.000 empleados.

Trabajadores excluidos de la protección laboral

La legislación turca excluye a los altos funcionarios públicos, los magistrados y los guardias de prisiones del derecho a organizarse.

El Gobierno de Turquía utilizó las normas de confinamiento por el coronavirus para detener a más de 200 manifestantes el Primero de Mayo. Con las detenciones de sindicalistas y la represión sistemática de los sindicatos, es uno de los peores países para la gente trabajadora.Yasin Akgul / AFP

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